A mi trabajo acudo, una vez más

En torno a la nueva edición de “La defensa de Madrid"

El 8 de marzo de 2017 se publicó en el diario “El Mundo” un artículo de Antonio Lucas donde se recogían declaraciones de Abelardo Linares acerca de la aparición en las librerías de la nueva edición de “La defensa de Madrid” de Chaves Nogales. Se publicitaba esta edición resaltando el cambio de título, ahora “Los secretos de la defensa de Madrid”, y la aportación de una serie de “nuevos” elementos a la edición por parte de la editorial: http://www.elmundo.es/…/2017/03/08/58bf1278e5fdea49618b4599…

Como descubridora del libro y autora de la primera edición, de 2011, me considero autorizada para hacer algunas puntualizaciones acerca de esas declaraciones.

En primer lugar, y como máxima novedad, informa Linares de la aportación de dos textos que dice “quedaron perdidos dentro de la enorme mercancía de prosas que publicó Chaves”. En su opinión, “el innegable parecido en asunto, tratamiento y estilo” son razones suficientes para justificar la autoría de estos dos textos aparecidos sin firma en un periódico mexicano en marzo y abril de 1939.

Hay una norma elemental en la investigación: nunca se debe atribuir a un autor algo de cuya autoría no se esté completamente seguro. Es imprescindible que se pueda demostrar. El parecido de estilo no garantiza ni justifica la atribución. Lo que garantiza la autoría de un texto es el reconocimiento expreso, con su firma, por parte del autor. Por ello los textos presentados en el reportaje de “El Mundo” y atribuidos a Chaves Nogales… no son de Chaves Nogales. Y en este caso, además, no había causa alguna para que Chaves no los firmara, si hubieran sido suyos. En ese momento estaba en Francia en el exilio (es impensable que hubiera vuelto a Madrid) y publicaba en periódicos franceses, ingleses, también mexicanos, trabajos siempre firmados. Por tanto, colocar el nombre de Chaves debajo del título de un texto sin firma, como aparece en el artículo citado y en la nueva edición (lo que en un alarde de “posverdad” pueda dar lugar a equívocos y confusiones, amén de atribuciones erróneas), puede parecer un despropósito innecesario. Y ninguno de los dos artículos a Chaves atribuidos llevaban firma. Por tanto no se puede afirmar que sean suyos.

En esa “enorme mercancía” (como la llama Linares y, cuidado, a veces el subconsciente traiciona) que son los cinco tomos que forman las obras completas de Chaves Nogales editadas y reeditadas por la Diputación de Sevilla, ni uno solo de los escritos del periodista aportados por mí en ellas va sin la firma de su autor. Las suposiciones y los pálpitos no tienen cabida en estas obras.

En el citado artículo alude el editor de pasada, sin aclarar con qué finalidad, a dos seudónimos que pudo emplear el periodista para camuflar su personalidad si hubiera sido necesario: se trata de dos nombres femeninos, Rita E. Bois y Eugenia de Larrabeiti. Con el primero, dicho sea de paso, nunca me he cruzado. En el segundo caso se trataba de una persona que entró a trabajar en la agencia de Chaves en Londres, la Atlantic Pacific, en octubre de 1942, según me manifestó Teresa Magal, también trabajadora de la Agencia, a la que entrevisté en Londres y Valencia en 2004. Pero Larrabeiti era un hombre, Eugenio, al que Chaves conoció años más tarde, ya ambos en el exilio de Londres.

Y todo el texto de la primera edición procedía de “Los secretos de la defensa de Madrid”, publicado en la revista mexicana “Sucesos para todos”. El título del libro “La defensa de Madrid” no salió “recortado”, como asegura Linares, sino que se optó por él por razones de eficacia y procedencia. Tampoco las imágenes que se aportan al texto son nuevas, ya estaban en esa primera edición; tan sólo están ampliadas. Algunos elementos han cambiado de sitio. Y poco nuevo aporta la parte que dice completar el capítulo X, que no se pudo encontrar en castellano en la edición inicial, aunque aparecía traducido de la versión inglesa y ya estaba localizado con título del medio en que apareció, día, mes y año de publicación. Del hallazgo y título original de la obra, la búsqueda y la procedencia de los textos, el método de trabajo, los pasos seguidos para conformar el texto castellano, colaboradores y, en definitiva, del trabajo filológico llevado a cabo informé amplia y detalladamente en la “Nota a la edición” de 2011 que ahora ha sido eliminada: http://manuelchavesnogales.info/…/bibliografia_MICG_notas_l…

Pero en el artículo de “El Mundo” arriba citado hay otro elemento que requiere reflexión: es de todo punto inadmisible la apropiación que Linares hace de mi trabajo, atribuyéndoselo a sí mismo y eliminando mi nombre de él, apropiación que manifiesto extensiva a las seis ediciones de obras de Chaves Nogales por mí preparadas para su editorial, Renacimiento, y de las que también va desapareciendo la referencia a mi trabajo. Para más información puede recurrirse al artículo “A mi trabajo acudo” de 2015: http://manuelchavesnogales.info/…/bibliografia_MICG_a_mi_tr…




María Isabel Cintas Guillén